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La noche del 25 de agosto de 1923 se produjo el nacimiento de D. Álvaro Francisco de Asís Magro y Magro -primer Director del museo municipal dedicado a la obra de Mariano Benlliure y uno de los intelectuales más sobresalientes de nuestra población en el pasado siglo-.
El Crevillent que le vio nacer contaba con una cifra aproximada de 11.300 vecinos.
Entre las industrias preponderantes de la época podemos señalar las relacionadas con las artesanías del esparto y el cáñamo, la industria alpargatera, la de hilaturas y una consolidación notable de la industria textil alfombrera con la creación de nuevas fábricas, como la firma “Imperial”, que se sumaba a la ya existente empresa decimonónica de “Hijos de Augusto Mas” -conocida popularmente como “La fàbrica gran”.
En septiembre de ese mismo año, el curso de la política nacional dejaba atrás el período conocido en la historiografía como “La Restauración” (1874-1923) para adentrarse en la dictadura del General Miguel Primo de Rivera hasta enero de 1930.
Crevillent experimentará durante la década de los años veinte un considerable repunte económico que se verá reflejado en la construcción de infraestructuras y monumentos tan relevantes como los lavaderos municipales, un moderno conjunto escolar, el acondicionamiento de la carretera conducente a la estación ferroviaria o la construcción de la torre campanario de la iglesia de Ntra. Sra. de Belén. Además, también se crearán entidades que perduran en nuestros días, como la Cooperativa Eléctrica Benéfica San Francisco de Asís (1925).
Muchas de estas empresas se debieron a las excelentes gestiones de D. Pascual Mas Mas, a la sazón Presidente de la Diputación de Alicante entre 1924 y 1929.
Sin duda, la figura de Álvaro Magro esboza el ideal romántico de prócer preocupado por la cultura y el arte de su pueblo, temas que cristalizarán, principalmente, en la Semana Santa y en la creación de una colección museográfica con piezas labradas por el cincel del insigne escultor del Cabanyal.
En el año 1967 se abre el Museo Municipal Museo Benlliure, en una nueva ubicación, la Cripta de la Iglesia de Nuestra Señora de Belén, un lugar con un encanto especial, una planta subterránea de 450 m2.
En el año 1969, el Excmo. Ayuntamiento de Crevillent nombra a D. Álvaro Magro Director del Museo Municipal Mariano Benlliure. Es a partir de la década de los 70, cuando esta colección comienza a poseer cierta trascendencia, adquiriendo nuevas piezas, impulsando su difusión, visitantes ilustres como: Marqués de Lozoya, Enrique Tierno Galván, Cardenal Tarancón…
Este espacio artístico se convierte en todo un símbolo de la ciudad de Crevillent, pero con el paso del tiempo el museo se queda pequeño…, bueno, pero eso es un nuevo capítulo…
El Museo Mariano Benlliure necesitaba un nuevo impulso, es por lo que desde finales de la década de los 70 comienza a plantearse la necesidad de ampliar su espacio expositivo.
En 1985 se inaugura un anexo a la cripta, un edificio de mediados del siglo XIX, de planta rectangular, dividido en dos plantas. A partir de este momento el Museo Mariano Benlliure, se articula en dos espacios independientes y diferenciados, la Cripta en la que se exponían los bocetos y modelos realizados en escayola por Mariano Benlliure y por otro lado el anexo en el que se podían observar la obra finalizada.
Sin lugar a duda, este es uno de los lugares más significativos en la vida de nuestro protagonista, aquí nació un 25 de agosto de 1923, Álvaro Magro Magro, hijo de José Magro Espinosa y de María de la Concepción Magro Mas.
Y aquí, también nació el gran sueño de Álvaro Magro, el Museo Mariano Benlliure, su museo, porque Álvaro, fue su principal valedor, la persona que creyó firmemente en las grandes posibilidades de que Crevillent pudiese tener el único museo monográfico dedicado al insigne artista valenciano, el hombre que nos acercó la figura del escultor del Cabañal, contando con pasión cada una de sus anécdotas.
Y así fue como en 1961, en este mismo lugar se abrió un museo en el que se exponían de forma permanente alrededor de 109 obras, siendo este el germen del futuro Museo Benlliure.
Y aquí fue donde se produjo la importante visita en 1961 del que fuera entonces Director General de Bellas Artes, D. Gratiniano Nieto Gallo, quien maravillado por la originalidad de la colección decidió impulsarla
Álvaro Magro, fue una persona culta, con amplios conocimientos sobre la historia y el arte, amante de las tradiciones de su pueblo, de forma especial de su querida Semana Santa, fue miembro correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, de la Asociación Española de Archiveros, Bibliotecarios, Musicólogos y Documentalistas y fundamentalmente Director del Museo Municipal Mariano Benlliure.
Esta casa, situada en el centro de Crevillent, junto a su otra vivienda “Villa Malta”, fueron esenciales en la vida de nuestro personaje, aquí paso los mejores momentos de su vida
El 10 de diciembre de 2001, se firmó el Convenio de reconocimiento de la titularidad municipal del conjunto de la obra del Museo Municipal Mariano Benlliure, en el que se adquirían tres imágenes muy significativas para la Semana Santa de Crevillent, la Regina Martyrum (1953), obra de Juan García Talens, así como el Santísimo Cristo Yacente (1946) y el Santísimo Cristo de Difuntos y Ánimas (1945), ambas obras del escultor Mariano Benlliure.
En el año 1949, la Familia Magro-Magro, continuando con la gran labor de mecenazgo que había iniciado unos años antes, encarga al escultor Juan García Talens la imagen del Santísimo Cristo del Perdón y de la Buena Muerte.
Un excelente ejemplo de Crucificado, un Cristo muerto representado en el momento posterior a la lanzada.
En el año 1982, Álvaro Magro recibe el titulo de Presidente de Honor de la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y de la Buena Muerte, la entidad le reconoció de esta forma las grandes facilidades recibidas para poder procesionar la imagen.
Pero, uno de los hechos que demostraron la bondad y generosidad de Álvaro Magro quedo reflejado el 23 de marzo del 2002, cuando en la celebración de la Santa Misa en acción de gracias y en memoria de los cofrades fallecidos, entregaba como donación, la imagen del Santísimo Cristo del Perdón y de la Buena Muerte a la Parroquia de la Santísima Trinidad, permitiendo en una de las clausulas notariales que la Cofradía siempre pudiese disponer de la imagen para procesionarla, recibiendo posteriormente en agradecimiento la primera insignia de oro de la Cofradía.
ÁLVARO MAGRO EN FOTOGRAFÍAS
LA PRENSA SE HACE ECO DEL CENTENARIO
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Diario Información
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Exmo. Ayto. de Crevillent